Ahora escucha la historia de mi vida
y de cómo el destino cambió mi movida,
sin comerlo ni beberlo llegué a ser
el fotógrafo de un barrio llamado Lavapiés.
Al norte de España crecía y vivía
sin hacer mucho caso a la economía,
hacía fotos sin cansarme demasiado
porque por las noches salía un buen rato.
Cierto día, jugando al frisbee con amigos
unos dires de cortos me metieron en un lío,
y mi madre me decía una y otra vez:
¡Aquí no hay trabayo ve pa’ Madrid!
Cogí un ALSA, cuando se acercó,
su molonga matrícula me fascinó.
Quería conocer a la clase de habitantes
Que me esperan en Madrid con aire sonriente.
A las siete llegué a aquella casa
y salí de aquel ALSA que olía a cuadra.
Estaba en Madrid y la cosa cambiaba,
Mi trono me esperaba, el príncipe llegaba